El cuerpo borrado

El cuerpo borrado

¡Hola!

Esta semana está dedicada a las valientes pacientes que semana tras semana superan sus límites, transforman creencias y caminan firmes en dirección al propio placer.

Esta semana hablaremos sobre nuestro cuerpo, concretamente sobre ese espacio borrado o desdibujado donde están los genitales ¿Cuánto miramos al cuerpo?, ¿cuánto lo usamos con atención?, ¿cuánto miramos con esmero nuestros genitales?

Ojos que no ven, cuerpo que no dibujas

Es frecuente encontrar a mujeres -mucho más que a hombres- que no miran casi nunca sus genitales y que no saben qué partes los conforman. Si alguna vez los han mirado (con un espejo se ve mucho mejor, por cierto) lo han hecho así, por encima, con pudor, con rapidez, solo fijándose en tal punto para comprobar si eso que notaban era un granito, etc.

El porqué de este fenómeno lo encontramos, sin duda alguna, en la historia de represión y prohibición que llevamos a cuestas y que sigue extendiendo sus garras hasta los tiempos actuales. Pero vamos a dejar para el siguiente post la “antropología e historia de la sexualidad femenina”.

El hecho de no mirarse con naturalidad hace que nuestros genitales devengan como desconocidos. ¿Verdad que cuando te levantas por la mañana y te miras la cara en el espejo puedes decir:

ui! Qué ojeras. Oh! estoy un poco hinchada.

Ohhh qué cara más descansada tengo….

Reconoces bien tu cara y sabes relacionar como estás con cómo se muestra tu cara, tu mirada, tu piel…. Con los genitales sucede lo mismo. A través de ellos puedes entender mejor tu estado. Míralos en diferentes situaciones: cuando te acabes de levantar, cuando estés enfadada, cuando hayas llevado todo el día un pantalón apretado o cuando salgas de la ducha…¡verás cómo cambian! Solo hace falta entrenar un poquito para saber leer a través de tus genitales “cómo estoy”. Pero hay algo aún más importante, mirarse los genitales con todo lujo de detalle es importantísimo para no vivir con un desconocido pegado a nuestro cuerpo.

El homúnculo de Pendfield

El homúnculo de Penfield es el nombre que recibe el mapa que tenemos dibujado en la corteza cerebral, donde se muestra cada parte de nuestro cuerpo. Es como si existiéramos por duplicado: existe mi mano derecha aquí donde puedo verla y también existe mi mano derecha dibujada en mi cerebro -y así con todo nuestro cuerpo-.

Esto por ejemplo explica el síndrome del miembro fantasma: cuando a una persona le amputan una pierna puede seguir sintiéndola, pues en su cerebro sigue existiendo y ocupando un lugar. Poco a poco se irá desdibujando.

Pero…¡lo mismo ocurre al revés! Aquellas partes que omites de tu cuerpo -por no mirarlas, tocarlas ni usarlas demasiado- serán casi inexistentes en tu dibujo cerebral y eso significará una disminución considerable de tu capacidad de sentir placer a través de esa parte de tu cuerpo o dificultad para moverla.

Hay mujeres que -como consecuencia de esta separación con sus genitales- experimentan dolores en la penetración (aunque sea su propio dedo) y rechazo al contacto sexual. Como dice Thérèse Bertherat, “como la araña que teje su tela de araña en los rincones de las casas abandonadas, nuestros agarrotamientos anidan en las zonas de nuestro cuerpo de las que tenemos una percepción equivocada”.

Así que ponte manos a la obra y retira todas las telarañas, dibuja bien tus genitales, preséntate de nuevo, haz el ritual que quieras y deja de sentir esa zona como algo desconocido.

Debes saber que el sistema emocional funciona así: desconocido = peligroso. Esta interpretación se da como método de protección y recordemos que el sistema emocional es el sistema de supervivencia de nuestro cuerpo.

Por este motivo vamos a acercarnos a nuestros genitales con aire amistoso, vamos a “caerle bien”, vamos a ver qué cara hacen y vamos así a dejar de ser desconocidos, pudiendo incluso llegar a ser muy buenos amigos.

Dibujando tu cuerpo

Te invito a realizar esta práctica. Por favor, siéntete libre y feliz. No caigas en la trampa de tus miedos y hagas de esta situación algo demasiado grave o difícil. Tal vez te ayude imaginar que eres una exploradora y vas a pisar una selva colmada de tesoros. ¡Eres una afortunada!

Necesitarás:

  • Un taburete o silla.
  • Un espejo
  • Un lugar con buena luz y donde te sientas en intimidad.

Pon el espejo sobre el taburete o silla. Sitúate de pie, con las piernas separadas sobre el espejo, de este modo tendrás las dos manos libres para explorar.

Sigue el dibujo para localizar cada parte.

Genitales femeninos

Anatomía de los genitales femeninos – Cristina Torrón Villalta

NOTA: Cada mujer tiene los genitales de una forma determinada, muy diferentes entre todas. La dibujo es un ejemplo, si los tuyos no se parecen, ¡es normal!
NOTA 2: Diremos labios externos e internos. Los encontrarás oficialmente por el nombre de mayores y menores, pero se está dejando de usar esta terminología, pues en muchas ocasiones, los labios “menores” son más grandes que los “mayores” y entonces parece que una “no sea normal”.
  • Monte de Venus: Es blandito, pues está lleno de grasa para mantener caliente nuestros órganos sexuales y urinarios. También tiene vello.
  • Labios externos: En ellos también crece vello. Estíralos, presiónalos en todo su recorrido, fíjate si tienen pecas, manchas…conoce sus detalles.
  • Labios internos: En ellos no crece el vello. Estíralos, presiónalos en todo su recorrido, verás que son muuucho más elásticos que los externos y que no duele. Sepáralos creando la forma de una mariposa.
  • Esmegma: Entre tus labios externos e internos es posible que encuentres una sustancia blanquecina espesa: no es suciedad, es esmegma, un componente antibacteriano que segregamos. Es cierto que si no lo quitamos queda espeso y adherido y es irritativo, así que debemos lavarnos a diario con agua para retirarlo.
  • Capuchón del clítoris: Es la piel que protege el glande del clítoris. Retírala hacia arriba hasta que se descubra tu glande. Vuelve a capuchonarlo.
  • Meato uretral: Separa de nuevo tus labios internos y fíjate en la parte superior. Hay un pequeño montículo, más pequeño que una lenteja. Ahí está la abertura de tu uretra. Pasa el dedo por encima y verás como se abre ligeramente. También puedes llevarte el espejo a la ducha y hacer pipi, verás mejor cómo se abre. No debes introducir nada en él ya que puedes provocar una infección de orina.
  • Entrada de la vagina: Es el orificio que encuentras por debajo del meato uretral, muuuucho más grande que este último.
  • Himen: En el borde inferior de la abertura de la vagina puedes ver pequeños fragmentos de carne, irregulares, es tu himen. Tal vez lo imaginabas como una fina membrana cerrada. En ningún momento de la vida está cerrado del todo, pues aunque no haya nada que te penetre en toda la vida, el cuerpo necesita evacuar fluidos, así que se encontrará medio abierto normalmente. A través de las penetraciones lo que pasará es que se dilatará y/o cuarteará, quedando como puedes observar.
  • Ano: ¡No lo olvides! Fíjate si cuelga alguna piel, suele ser alguna hemorroide que ahora está deshinchada. Quizás en tu caso puedes verlas abultadas. Si son del color de la piel, son externas, si son más rosadas o moradas, son internas. En cualquier caso, contrólalas acudiendo al fisioterapeuta de suelo pálvico www.espaiale.cat

Fíjate también en la distancia que hay entre tu ano y la entrada de la vagina. Como decíamos la semana pasada, lo más frecuente es que haya entre 2,5 y 3 cm.

Esta exploración es recomendable hacerla a menudo, primero, porque es el método más seguro de hacer prevención, de que puedas descubrir manchitas, verrugas u otros cambios a tiempo y comentarlo con tu ginecóloga. Segundo, conseguir el objetivo: conocer tus genitales que llevan ahí contigo toda la vida, conocer sus cambios y hacerte amiga, dibujando así esa parte del cuerpo que fue borrada.

¡Buena semana exploradoras!

La infección de orina tras la relación sexual

La infección de orina tras la relación sexual

¡Hola!

Esta semana hablaremos de las infecciones de orina. Como la mayoría de casos en edad adulta les sucede a las mujeres, nos referiremos a ellas, pero chicos, prestad atención porque podéis tener en cuenta muchas cositas.

Antes de empezar, me gustaría decirte que tienes más de 40 horas de información complementaria sobre este y muchos otros más en la zona VIP de mi web y el acceso es totalmente gratuito, así que si quieres estar al día te dejo en enlace para poder apuntarte aquí mismo.

Y ahora sí, empezamos 🙂

 

Nuestro sistema urinario

Es frecuente encontrar a mujeres que sufren de infección urinaria tras mantener relaciones sexuales con penetración. Vamos a ver por qué sucede y sobretodo, qué podemos hacer, pues este factor impide a las mujeres disfrutar plenamente.

Para entender bien las explicaciones, vamos a esbozar cómo es nuestro sistema urinario. De la parte más externa a la más interna encontramos, la uretra, la vejiga, los uréteres y los riñones.

Sistema urinario

Sistema urinario

El sistema urinario de la mujer y el del hombre se diferencian principalmente porque la uretra en la mujer es de 3-4 cm y en el hombre de 20 cm aproximadamente. Además en la mujer, la abertura de la uretra está a pocos cm del ano, mientras que en el hombre se encuentra en la punta del pene, mucho más lejos del ano.

Esta cercanía entre ano y uretra femenina facilita que las mujeres tengamos con mayor frecuencia infecciones urinarias, pues estas vienen del sistema digestivo, donde vive la bacteria Echerichia Coli. Sale a través del ano y entra en la vagina, donde se encuentra la uretra.

La función de E. Coli es indispensable en el sistema digestivo: es la encargada de digerir la celulosa o fibra que comemos. Pero si este bichito entra en el sistema urinario produce infecciones de orina.

¿Cómo infecta E. Coli el sistema urinario?

En el 90% de los casos llegan por vías externas, osea como hemos dicho, salen del ano y viajan hasta la vagina.

En el 10% de lo casos se dará la infección por vía interna: llegarán las bacterias directamente a los riñones a través de la sangre, por proximidad de los tejidos intestino-riñón.

¿Qué puedo hacer yo para prevenirlo?

Lo cierto es que E. Coli tiene varias barreras fisiológicas que franquear antes de entrar en el sistema urinario. Vamos a ver cuáles son para asegurarnos de que las tenemos conservadas y para entender mejor cómo prevenir la infección:

  • Distancia ano- vulvar: Es la primera barrera que ha de superar. Es el espacio que tienes entre tu ano y la entrada de la vagina. Esta suele ser de 2,5-3 cm. Si tu distancia es inferior, se le acorta el camino a E. Coli y le será más fácil llegar. Si además, después de ir al baño acostumbras a limpiarte de atrás a adelante, les estás haciendo de taxi directo hacia tu vagina.
  • Ph vaginal: El ph vaginal es ácido, esto no permite vivir a E. Coli y por tanto, impide que sigan avanzando hacia tu sistema urinario, pero tu ph vaginal puede verse modificado por:
    • Lavarte los genitales con jabón, aunque sea íntimo, neutro, etc. y/o lavarte la vagina por dentro. ¡Mal! Debes lavar los genitales a diario, pero solo con agua. El jabón solo lo pondrás en el vello.
    • Usas salva slips, compresas, tampax…el blanqueante que llevan estos productos afecta al ph, de manera que puedan vivir en él las bacterias.
    • Las hormonas que das a tu cuerpo: tomas anticonceptivos, llevas, diu con hormonas, diafragma…
    • Tienes la vagina abierta -tienes el tono de la musculatura vaginal bajo-. Puedes saberlo, por ejemplo, si te entra aire con facilidad y después tienes ventosidades vaginales. La razón principal por el que la vagina puede quedar abierta es haber parido (no importa cuánto tiempo haga). A veces las mujeres piensan que el hecho de tener la vagina abierta es lo que facilita que entren. No es así. Tenerla abierta modifica tu ph vaginal y por eso sobreviven y entran. Consulta a una fisioterapeute de suelo pélvico si crees que éste es tu caso: www.martatorron.com
  • Recorrido de la uretra: Como decíamos, en las mujeres es de 3-4 cm. Los bichitos tendrán que andar este recorrido que para ellos es como ir a pie de España a Rusia, pero…pueden coger un avión…¿cómo? con la penetración. A través de la pared vaginal estrujas la uretra y empujas hacia adentro lo que haya en ella, provocando así que lleguen a la vejiga.
  • Vaciado vesical: Otra barrera a superar es ganar a la corriente de la orina cada vez que hacemos pipi.

La mayoría de infecciones de orina suelen quedarse a este nivel, dando así cistitis: inflamación por infección de la vejiga.

 

¿Qué podemos hacer para tratarlo y prevenirlo?

Si estás con infección lo primero de todo es tomar los antibióticos que te recete tu médico. Sí, ya sé que los antibióticos también destruyen otros bichitos que nos interesan, pero para hacer una prevención eficaz debes empezar limpia.

Una vez hayas terminado el tratamiento fíjate si estás siguiendo estas indicaciones. No es que tengas que elegir alguna de estas, ¡es que tienes que hacerlas todas!:

  • Siguiendo la pauta de tu ginecóloga, toma probióticos (bichitos buenos) y prebióticos (el alimento de los bichos) para repoblar tu flora vaginal. También existen probióticos de uso local, a modo de óvulo vaginal.
  • Si crees que tienes la vagina abierta, consulta con una fisioterapeuta de suelo pélvico para que pueda valorarte y enseñarte a hacer hipopresivos: www.martatorron.com Siguiendo una buena pauta de hipopresivos se cierra la vagina.
  • Si crees que tienes la vagina abierta usa además un vibrador para tonificar tu musculatura vaginal y que vuelva a su forma natural cerrada. La manera de usarlo es:
    • Estimular tus genitales externamente (labios, clítoris) cada día 20 minutos durante un mes y medio. Debes usar ritmos cambiantes, no de vibración seguida (para evitar un acostumbramiento de las fibras). Si tienes un orgasmo antes de los 20 minutos ya puedes parar, no hace falta que sigas, pues la fibras musculares habrán llegado al máximo de su trabajo. Si tienes un vibrador sencillo que solo hace vibración continua, puedes acercarlo y alejarlo de tus genitales, para que la vibración que recibas sea así discontinua. Con esta pauta, se cierran las vaginas y así permites que tu ph se normalice.
  • Lava tus genitales a diario, pero solo con agua (el jabón solo en el vello). Sécate con papel de adelante a atrás. Si tienes infecciones recurrentes dúchate, evita los baños, los baños de asiento…pues el agua también es un medio por el que viaja E. Coli.
  • Si usas bidet, es posible que lo hagas al revés. Debes sentarte mirando al chorro, de manera que el agua limpie de adelante a atrás.
  • Evita los salva slips, compresas y tampones. Para la mentruación usa moon cup por ejemplo. Requiere un poco de práctica, no desesperes, ¡vale la pena!
  • Usa braguitas de algodón que no aprieten. En intimissim tienen unas “cortadas al laser” que son una maravilla. ¡Y no uses salva slips, en serio! Simplemente cambia tus braguitas, si hace falta, dos veces al día. Piensa que no será para siempre, pues estás en una fase de normalización de tu ph vaginal.
  • Si tienes infecciones recurrentes valora un cambio de anticonceptivo y utilliza los que no tienen hormonas. Al menos una temporada larga (¿1 año?) hasta que te hayas reequilibrado. Sabrás cuándo estás bien porque no tendrás infecciones.
  • Haz pipi cada tres horas aproximadamente, no aguantes mucho más, pues el pipi en la vejiga es irritativo. Cada vez que haces pipi además, arrastras los bichitos de E. Coli y limpias todo el conducto. La vejiga está diseñada para almacenar durante tres horas sin sufrir, después empieza a estirarse demasiado, a la larga perderá fuerza y no se vaciará del todo, quedando así residuo de pipi en la vejiga, lo que comporta ¡infección!
  • Bebe entre 1 y 1,5 l. de agua al día. Es muuuy importante. Evidentemente si practicas deporte o es verano beberás más, pero se aconseja no beber mucho más en general. Beber menos hará que no orines lo suficiente como para ir limpiando tu sistema urinario e irás más estreñida. Beber mucho más hace trabajar demasiado a tus riñones y te desmineraliza.
  • Evita el estreñimiento bebiendo agua (como acabamos de decir) y comiendo al menos 1 fruta al día. Muchas personas con estreñimiento comen y comen fibra. La fibra sin agua solo hará un bolo durísimo y difícil de evacuar. Si estás estreñida lo que sucede es que las heces se quedan demasiado tiempo cerca de ano, aumentando las posibilidades de que E. Coli viaje a la vagina.
  • En tus relaciones sexuales nunca toques con el mismo dedo el ano y después la vagina. Igualmente con juguetes. Debes informar a tu pareja de este punto, pues en momentos de excitación no vas a estar controlando con qué te toca…
  • Toma zumo o cápsulas de arándano rojo. La gente pensaba que la manera en la que el arándano rojo funcionaba para el tratamiento de las infecciones urinarias era acidificando la orina y, por lo tanto, imposibilitando el crecimiento de las bacterias. Pero los investigadores están explicando que algunas de las sustancias químicas en el arándano rojo impiden que las bacterias se adhieran a las células que recubren el tracto urinario que es donde se pueden multiplicar. Sin embargo, el arándano rojo no parece tener la habilidad de liberar las bacterias que ya están adheridas a estas células. Esto podría explicar porqué el arándano rojo es eficaz para prevenir las infecciones del tracto urinario pero no es eficaz para el tratamiento de ellas.
  • Si tienes síntomas asociados como dolor genital, ardor al orinar, dolor abdominal, cambio del color de la orina, náuseas y malestar en general, puede ser que tengas piedras o arenilla en los riñones. Eso obstruye la vejiga e impide que se vacíe bien. Consulta a tu médico para atender esta opción.
  • Durante la semana de tratamiento y en las dos o tres siguientes, reduce al máximo la celulosa (o fibra) en tu dieta . Suele suceder que las mujeres que tienen infección de orina recurrente además “comen muy bien: verdura cada día, hortalizas, todo con fibra…”, pero ya sabemos que la fibra es el alimento de E. Coli, así que estás favoreciendo la superpoblación.
  • Finalmente, hay que reforzar tu sistema inmunitario en general: respira conscientemente todo lo que puedas, no te exijas tanto, valórate mucho más, piensa en lo que sí haces más que en lo que no haces, haz ejercicio regularmente (aunque sea ponte música, baila y estírate en casa o sigue algunas clases de yoga, cardio…por youtube) y sobretodo…¡sigue explorando tu función erótica, alimenta tu sistema emocional y redescubre tu placer sexual!

¡Buena semana a tod@s!